La espera llegó a su fin. Con un brillo en sus ojos, Pablo González miraba al amor de su vida, María Paola Rodríguez, mientras un juez los declaraba marido y mujer, en la Arena Roberto Durán.
Pablo, de 56 años, recordó cómo hace más de 35 se enamoró de María, quien en ese entonces era su vecina. “Siempre me había gustado y la conquisté poquito a poquito”, manifestó el humilde hombre, quien después de unirse con su amada, se dedicó de lleno al trabajo de la construcción para poder mantenerla a ella y a sus dos hijos.
La ahora esposa, de 53 años, dijo que antes no querían hacer el gasto de una boda, porque era necesario guardar el dinero para la educación de sus hijos; sin embargo, nunca perdieron la esperanza de ser marido y mujer legalmente.
Lágrimas por doquier
Al igual que la familia Rodríguez, 1,499 parejas dieron el sí ayer en la jornada de matrimonios colectivos organizada por el Proyecto de Familias Legalmente Unidas de Participación Ciudadana, del Ministerio de la Presidencia.
Al momento del beso, hubo cónyuges que no pudieron contener su emoción y lloraron mientras que miraban fijamente a su eterno amor. Los padrinos de las parejas fueron Roberto “Mano de Piedra” Durán y Felicidad Iglesias, quienes llevan 40 años de estar casados.
Durán reveló que se juntó con Felicidad cuando ésta tenía 14 años. Eso le costó un día en prisión, pero no le importó. Han pasado 40 años y, según él, Felicidad le ha aguantado muchas cosas, pero aconseja a las parejas que es importante que mantengan la pasión, además de la comprensión y la paciencia.
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